miércoles, 14 de marzo de 2012

El Problema de hoy en dia con los Policias

La Corrupción Policial

La corrupción policial puede definirse como un fenómeno policiológico (lógica policial) que suele afectar a todos los niveles de la cultura policial por muy bajo o alto que sea el rango del policía. Lo cual incluye comisarios, generales y directores de la policía o de las fuerzas armadas. Los delitos de policías tienen una variedad tan amplia como la que existe en los tipos del Código Penal. El policía delinque como cualquier otro tipo de ciudadanos, pero por delitos policiales pueden entenderse mejor aquellos que se realizan utilizando el cargo, los medios, instrumentos, armas, documentos o información que está sólo al alcance de los hombres con placa.

También existen delitos policiales por omisión, tanto del deber de socorro, como por la ocultación o destrucción de pruebas que deberían de aportarse a algún procedimiento judicial. Un “mal policía” deliberadamente puede impedir que la judicatura llegue a conocer la verdad. En estos casos, la labor de un perito forense especializado suele ser trascendental.

Existen numerosos criterios para clasificar los tipos policiológicos y algunos de los peritajes sobre actividades policiales son el reconocimiento o constatación de denuncias informales y formales, realización de informes periciales, revisión o auditoría de dictámenes periciales y policiales, revisión de procedimientos policiales y contraste en terreno de la labor policial. También el peritaje sirve o puede ser solicitado para reforzar sospechas, hipótesis o teorías policiales.

En principio una diligencia policial debería constatar hechos documentados o testificados (fácticos), sin hacer valoraciones subjetivas, aunque es un frecuente error policial el incluir opiniones, a veces muy impertinentes, (sesgo del “piensa crimen” o quien posee una verdadera compulsión mental para elaborar hipótesis duras, lo cual facilita la adaptación y selección de solamente las evidencias que le sirven a la elucubración).

Lamentablemente, es un frecuente error de la policía sobreactuar con prepotencia y desprecio ante otras opiniones, pretendiendo siempre impedir cualquier posibilidad de refutación. La experiencia demuestra que cuanto más hacen los policías por reprimir las argumentaciones expertas, menos validez y consideración adquieren los resultados de su trabajo.

La Impostura Del Policia Corrupto

De todos los delitos que pueda cometer un policía, el que hace más necesario la participación de un perito externo y experto, es en el de la “impostura criminal”, o cuando verdaderos criminales o delincuentes se hacen agentes policiales con fines y valores absolutamente opuestos a los que rigen o regulan el que hacer de las policías en sociedad.

Los “impostores policiales” son por lo general componentes de una criminalidad organizada e inteligente, que por lo general y dependiendo de la geografía están ligados al narcotráfico y grupos criminales o mafias dedicadas al tráfico de personas y de influencias.

Otro delito policial a considerar es el que trata sobre la falsedad de testigos, investigadores y peritos, que cuando son policías, pueden alterar por completo un procedimiento judicial, con el objeto de inculpar a personas inocentes.

Para estos casos, el perito experto en el análisis del comportamiento, deberá elaborar técnicamente la prueba capaz de superar la presunción de veracidad del policía mendaz o corrupto, enfrentando o confrontando los hechos con el testimonio o presentación de pruebas falsas. Todos, los delitos policiales conllevan mentira y falsedad; Los falsos testigos de actos delictivos para falsos testimonios, imposturas, coimas, protección de criminales, resolución de casos con personas inocentes (“crímenes perfectos”) etc…


Corrupción y delincuencia policial

El problema de la corrupción policial no ha sido tratado, cómo se debiera por nuestras instituciones y Estados, la mayoría de los países regidos por gobiernos “democráticos” ni siquiera cuentan o tienen cómo prioridad el desarrollo y promulgación de políticas criminales. “Irónicamente” las políticas criminales, son quizás las únicas y más importantes medidas gubernamentales para resguardar la seguridad nacional interna y por consiguiente el bienestar o seguridad de los ciudadanos. Cabe destacar que el perjuicio social de la criminalidad organizada en cualquiera de sus expresiones es “exponencialmente” más dañino para la seguridad y el patrimonio fiscal, que el daño que provoca la delincuencia común o la cometida por personas marginales o ciudadanos comunes, que no son participes de la autoridad pública, política o policial.

Tradicionalmente se ha entendido la corrupción policial como aquellas conductas policiales que resultan en ganancias privadas. Asimismo, la corrupción incluye una serie de abusos policiales típicos, tales como; la fabricación de pruebas, el uso de la brutalidad para el combate contra la delincuencia, la conformación de nexos para el narcotráfico o de grupos criminales organizados etc. Sin embargo, los abusos de autoridad y la corrupción, también están motivados y fomentados por objetivos propios de la organización policial. De esta forma, la corrupción, además de definir conductas tendientes a la promoción de beneficios personales, aparece asociada aveces y según contexto geográfico, a sus propios objetivos organizacionales.

Esta unidad o linea de análisis es particularmente preocupante, ya que concentra la delincuencia policial, no en conductas individuales – la “tesis de la manzana podrida” o de los “malos policías“- sino que en la forma de una estructura organizacional corrupta o represiva, vinculada solapadamente con el poder político, lo cual puede conformar determinaciones sociopolíticas corruptas o redes institucionales completamente ilegales e impunes.

O sea, la corrupción en estos casos, no es una desviación individual fruto de una elección consciente, sino que como el resultado de una estructuración policial institucional y de las condiciones sociopolíticas en las que esta se desarrolla.

Mecanismos Para Prevenir La Corrupcion Policial

En países desarrollados se han creado diversas herramientas para garantizar la corrección y prevención de las conductas delictuales de la policía, tanto a nivel individual como institucional:

a) Mecanismos internos: a nivel individual se pretende desarrollar la autoestima, el orgullo de ser profesional de la policía, la autodisciplina. Se pretende basar todo ello en una correcta formación técnica y deontológica.

Desde la perspectiva institucional, se realiza una selección de personal exigente entre los aspirantes, se ha invertido de forma generosa en formación, se pretenden modificar alguno de los elementos inamovibles de la antigua cultura policial. Se ha desarrollado un Reglamento de régimen disciplinario y se han creado brigadas de asuntos internos que investigan las actuaciones corruptas de algunos policías.

b) Mecanismos externos: El código penal que se aplica a través de tribunales, jueces y fiscales. Los medios de comunicación o denuncias ciudadanas (últimamente, también los delincuentes y por los buenos policías) que sacan a la luz actuaciones anómalas de algunos policías y que suponen una seria crítica a la actuación policial y en ocasiones, a los métodos empleados.

“El Defensor del Pueblo” (ausente en la mayoría de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo), institución valorada y respetada, con autonomía respecto del poder ejecutivo, que emite informes anuales, denuncias, patrocinios de causas e investigaciones acerca del actuar y grado de respeto por los derechos ciudadanos que muestran las diferentes administraciones del país.

Organismos internacionales auspiciados por Naciones Unidas, Consejo de Europa que a través de comisiones realizan investigaciones sobre denuncias presentadas en esos organismos. Determinadas ONGs con solvencia internacional cuyos informes pueden constituir una referencia seria para conocer la profesionalidad en las actuaciones policiales de cada país.

c) Mecanismos mixtos: Hay un tercer grupo de mecanismos de control que podemos denominar mixtos. Estos tienen como objetivo mantener una comunicación permanente con la sociedad, en aspectos como, la “reunión de control”, que se desarrolla en el ámbito de una jefatura superior o de una comisaría con la finalidad de valorar la seguridad ciudadana de cada uno de sus distritos. Tiene carácter semanal y en ella se admite la presencia de asociaciones, colegios profesionales, organismos, etc.

En todos estos mecanismos existe espacio y es más, debería haber unidades conformadas por equipos civiles multidisciplinarios y profesionales, tendientes a regular, analizar, revisar y combatir el accionar delictivo específicamente de policías corruptos y/o de manifestaciones oscuras que transgredan o puedan arriesgar siquiera la independencia necesaria para mantener y resguardar la transparencia institucional y política de cualquier Estado en democracia.

Algunas prácticas necesarias y vitales para el logro de lo anteriormente mencionado son:

1.- El desarrollo y promulgación de políticas criminales o de leyes específicas contra la delincuencia policial y militar, el crimen organizado, la corrupción política, del poder judicial o de los funcionarios públicos a nivel general.

2.- Mecanismos internos de evaluación, control y resguardo de “la probidad” en funcionarios policiales, del poder judicial, políticos y funcionarios públicos a nivel general. Ej. Examen de pelo o prueba de orina un mínimo de 2 veces por año.

3.- La creación global de organismos ciudadanos ¡autónomos!, respecto del proceder y actuar de todas las instituciones y representantes que afectan los intereses, necesidades y derechos de la mayoría ciudadana.

4.- Por último, la derogación de cualquier resquicio legal (Ej: Querellas por injurias o calumnias) o medidas de sanción o de persecución, tendiente a evitar, amedrentar o ha disminuir el acto de denuncia pública, privada o inclusive anónima en la ciudadanía o de los buenos funcionarios públicos; policías, políticos, jueces y militares…


El Mejor Grupo Policial Del Mundo


SWAT

SWAT son las siglas de special weapons and tactics («armas y tácticas especiales»), y originalmente de special weapons attack team («equipo de ataque y armas especiales»). El término SWAT hace referencia a las unidades especializadas en intervenciones especiales de gran peligro de diversos cuerpos policiales de Estados Unidos.

Historia
La creación de los equipos SWAT en 1967[ está especialmente ligada al Departamento de Policía de Los Ángeles y del entonces inspector Daryl F. Gates, el cual llegaría a ser jefe del Departamento. A mediados de los años 1960 se hizo necesario responder a situaciones de alto riesgo con rapidez, contundencia y eficacia debido a recientes incidentes de gran violencia con civiles armados. Ya no se trataba solamente de actuar ocasionalmente frente a delincuentes violentos y muy peligrosos como la lucha que tuvo lugar en los años treinta contra los gansters de las mafias o contra bandas y criminales aislados. Se hizo preciso poder superar los desafíos que la proliferación de armas de fuego entre civiles no siempre honrados y equilibrados, así como el desarrollo del crimen organizado en las grandes ciudades, comenzaban a plantear.

Al principio el SWAT del Departamento de Policía de Los Ángeles se formó y entrenó bajo la supervisión de veteranos miembros de las Fuerzas Especiales del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, que agrupaban a las pequeñas pero muy altamente cualificadas unidades de operaciones especiales de los Marines, encargadas de las misiones de reconocimiento, sabotaje y lucha de guerrillas. De éstas obtuvieron la mayor parte de sus tácticas y armamento, aunque teniendo que adaptarse a las necesidades y peculiaridades de la actuación policial para que prevaleciera el lema "Salvar vidas".

El grupo táctico SWAT llegó a ser reconocido en el Departamento de Policía de Los Ángeles como la fuerza permanente para todas las situaciones extremas de especial dificultad y peligrosidad. Hasta tal punto este reconocimiento y su valoración se hicieron extensivos a todo el país, que los departamentos de policía de otras ciudades de Estados Unidos, así como otros organismos policiales, crearon en los años siguientes sus propios equipos SWAT, aunque no los llamaran de la misma forma. Tal es el caso del SOU, Stakeout Unit del Departamento de Policía de Nueva York y del SRT, Special Response Team del FBI. Esta última, única unidad policial a nivel nacional destinada a este tipo de intervenciones. No obstante, también las Fuerzas Armadas a través de la Delta Force y del SEAL 6 contribuyen decisivamente a la disposición de fuerzas especialmente preparadas destinadas a acciones antiterroristas en todo el territorio nacional y en el extranjero.

Durante la década de 1980 algunos de los mejores oficiales de SWAT fueron enviados como supervisores y asesores especiales a países de Europa como Reino Unido, Alemania, Francia, España, etc, para evaluar y aconsejar a otros grupos especiales de élite de estos países, tales como el Grupo GEOF (Policía Federal Argentina), el GSG9 (Alemania), el GIGN (Francia), el GEO y la UEI (España) y otras fuerzas tácticas especiales que hoy son mundialmente reconocidas.

Los SWAT, siendo equipos policiales especiales de élite que actúan en situaciones de máximo riesgo bajo una gran presión, tienen como objetivo fundamental salvar la vida de los civiles involucrados. Sus componentes, agentes que antes del ingreso en la unidad ya pertenecen al cuerpo policial del que el SWAT forma parte, deben de superar unas pruebas de selección y un entrenamiento especial de gran rigor y dureza, tanto a nivel físico como mental. Una excelente preparación física y una inteligencia muy alta son imprescindibles, junto con un gran autocontrol emocional, decisión y capacidad de autosuperación.

Deberes de SWAT

Los deberes de SWAT incluyen:

  • Rescate de rehenes
  • Antidisturbios
  • Perímetro de seguridad contra los francotiradores de los dignatarios visitantes
  • Proporcionar la potencia de fuego superior asalto en determinadas situaciones, por ejemplo, los sospechosos barricadas
  • El rescate de los funcionarios o ciudadanos en peligro de extinción por arma de fuego
  • Operaciones contra el terrorismo
  • Resolver situaciones de alto riesgo con una mínima pérdida de vidas, lesiones, o daños a la propiedad
  • Resolver situaciones en seres barricadas (específicamente cubiertos por un equipo de Barricade rehenes)
  • La estabilización de las situaciones con sujetos de alto riesgo de suicidio
  • La prestación de asistencia a las órdenes de detención y órdenes de registro
  • Proporcionar seguridad adicionales en eventos especiales

SWAT en la ficción

Los SWAT han aparecido en numerosas películas y series de televisión. El caso más destacado es el de la serie de los años 1970 S.W.A.T, conocida en España como Los hombres de Harrelson, en la que se narraban las aventuras de un equipo SWAT del Departamento de Policía de Los Ángeles. En 2003 se estrenó la película del mismo nombre protagonizada por Samuel L. Jackson y Colin Farrell. También en la serie Power Rangers: Super Patrulla Delta, los rangers adquieren la condición de SWAT (con un micrófono ligado al casco, una armadura y las delta descargas).

Los SWAT también han protagonizado diversos video juegos, como la saga creada por Sierra Entertainment y el propio fundador del SWAT Daryl F. Gates. La saga está formada por los juegos Daryl F. Gates' Police Quest: SWAT (1997), Police Quest SWAT 2 (1998), SWAT 3: Close Quarters Battle (1999), y SWAT 4 (2005). Además aperece en otros videojuegos como en la serie Grand Theft Auto. O en juegos de terror como Nightmare House 2 y recientemente en Batman Lego.

lunes, 12 de marzo de 2012

Historia de la Policia

                                          Policía

La policía es una fuerza de seguridad encargada de mantener el orden público y la seguridad de los ciudadanos y sometida a las órdenes de las autoridades políticas. Su administración puede ser centralizada nivel nacional, o descentralizada, con fuerzas de policía local autónomas en gran medida.

Se llama también policía a cada agente perteneciente a dicha organización. Los reclutas suelen recibir formación especializada y deben presentarse a un examen de admisión.

La mayoría de las fuerzas policiales son organizaciones cuasi-militares, cuya principal obligación es disuadir e investigar crímenes en contra de las personas o que afecten el orden público, así como el arresto de sospechosos, e informe a las autoridades competentes. También es responsable de reportar ofensas menores por medio de citaciones que suelen terminar en el pago de una fianza, usualmente por violaciones a las leyes de tránsito.

La policía puede tener un carácter preventivo como es el caso de las policías de ciudad o las policías de proximidad que pueden ser investigadoras, como las que auxilian al fiscal o ministerio público en la persecución del delitos; o bien, pueden estar dirigidas a garantizar el debido cumplimiento de normatividades, como la "policía fiscal". También suele tener un servicio de emergencia que provee seguridad en la vía pública, así como en emergencias, desastres y situaciones de búsqueda y rescate. Para poder responder rápidamente a las emergencias, la policía normalmente coordina sus operaciones con los servicios de bomberos y emergencias médicas. En muchos países todos ellos utilizan número telefónico único de emergencias que permite a la policía, bomberos o servicios médicos actuar en caso de emergencia.

La mayoría de los países son miembros de la Interpol (Organización Internacional de Policía Criminal), establecida para detectar y perseguir crímenes transnacionales y proveer cooperación internacional y coordinación con otras actividades policíales, tales como notificar a familiares el fallecimiento de extranjeros. Interpol no conduce investigaciones ni detenciones por sí mismo, pero sirve como punto central de información de crímenes, sospechosos y criminales. Los crímenes políticos están excluidos de sus competencias.